La gente era igual, el clima era el mismo.
No sé si existe el destino, si hay un dios;
pero nos hallamos mutuamente y lo entendimos,
nos cruzamos y estallamos en certezas,
y soy tan feliz cuando vivo de esos recuerdos.
Caminar aquella cuadra y sentarme en esa esquina de nuevo.
"Qué ganas de volver a verte", qué rápido pasa el tiempo -pensar que una vez fuí tuya, y aún lo sigo siendo-.

